Me mandaron del rancho, un costal de elotes; estaban un poco pasados, seleccione los más tiernos para cocerlos, enseguida me puse a pelar y rebanar el resto de los elotes que como dije anteriormente ya estaban duros. En ese estado lo mejor es moler el maíz en crudo, para hacer gorditas en el comal, a una parte de la masa le pongo royal, le agrego sal y un poco de leche, si le hace falta para poder trabajarla; a las dulces les agrego royal, un poco de azúcar, canela recién molida y harina de trigo integral para poder trabajarlas, suele aflojarse con el azúcar. Se hacen a mano o en máquina y se cocen en un comal, de preferencia de barro y con leña, quedan deliciosas.
Cenzontle
domingo, 23 de julio de 2023
miércoles, 3 de julio de 2019
La presencia
Los chicos se disponían para jugar a las canicas, ¿Vas a jugar?
—sí y ¿tú?
—yo también, ahorita viene mi carnal fue por "Corsilio".
Esa era parte de la charla mientras esperaban a los demás jugadores, cerca del cruce que forman la calle de Sonora y la hermana república de... Junto a la pared una presencia poco común, amaneció sobre la tierra húmeda, abandonada bajo las sombras de la noche.
Poco a poco fueron llegando más jugadores, "Neto, Ciro, Pichicuás, el Malo, Golas y el Puchas". A este último le pusieron ese mote, por
la costumbre que tenía de empujar la mano cuando tiraba. ¿Jugamos a la
ruedita? ¡No! al hoyito dijeron, en seguida hicieron un hoyo del tamaño de una
canica, trazaron la línea de pica o meta, en la acera de enfrente.
Aquello, de vez en cuando desprendía un olor desagradable.
El hoyito se hizo guardando una distancia prudente, si se puede
considerar así, el campo de juego tenía su límite, es decir, la calle no era ni
más ancha ni más larga, la rampa de una cochera no permitía mayor distancia.
Estaba en un lugar que no le correspondía,
impasible permanecía bajo el sol de la mañana.
El orden con el que participaban los jugadores, se establecía
tirando una canica por cada jugador hasta la línea de meta, la que quedaba más
cerca de ella, le daba al jugador correspondiente, el primer lugar en el juego
y así sucesivamente, hasta la canica más alejada, cuyo dueño participaba al
último, el siguiente paso era tirar desde la línea de meta para posicionarse
cerca del agujero, con la intención de meter su canica en él, quien lograba tal
hazaña, tenía ventaja sobre los demás, medía una cuarta a partir del hoyito para
acercarse a sus adversarios y tirar, si lograba pegarle a la canica de otro
jugador, este se daba por muerto dejando el juego, la ventaja de matar a un
contrincante se perdía; si otro jugador lograba meter su canica en el hoyo,
este a su vez adquiría tal privilegio.
Tiros iban, tiros venían, "El Malo" en particular era
buenísimo para jugar a las canicas, tenía gran fuerza en los dedos, a menudo
solía romper las canicas de los demás por la potencia de su golpe, o las
mandaba hasta la línea de meta, considerándose quemados perdían el juego,
también se perdía si le pegaba a una canica desde la línea de pica, seguido lo
hacía dada su puntería.
A todo esto surge una duda: ¿podrán coexistir en un espacio
acotado naturalezas tan distintas? desde luego
que no.
Una canica se acercó peligrosamente a esa cosa, resaltando la inconformidad que desde un principio mostraron los jugadores.
—No me siento a gusto con eso ahí
—yo tampoco. Dijo "El Golas"
—¡Hay que quitarla!
—¿Tú?
—¡No! yo no
—¡Yo tampoco! Uno a uno fueron evadiendo la responsabilidad de quitar aquello, de pronto dijo uno, yo la quito ¡espérenme! Como alma que lleva el diablo se fue corriendo, giró en la esquina, regresó enseguida con algo en la mano, era una palomita de cinco pesos y una caja de cerillos, con sumo cuidado ensartó la palomita en la base de esa cosa, mientras los otros observaban incrédulos lo que estaba intentando su compañero, previo aviso a los demás, se dispuso a prenderla, todos corrieron, en cuanto encendió la mecha salió como balazo, para esconderse con los demás a la vuelta de la esquina, el descomunal artilugio explotó con gran estruendo, después de un tiempo prudente, regresaron al lugar. Por increíble que parezca, había desaparecido esa cosa, el piso y la pared apenas si tenían indicios, el muro de enfrente alcanzó minúsculos fragmentos, los chicos se preguntaban unos a otros a dónde fue a parar esa inmundicia, hasta hoy sigue siendo un enigma...
Una canica se acercó peligrosamente a esa cosa, resaltando la inconformidad que desde un principio mostraron los jugadores.
—No me siento a gusto con eso ahí
—yo tampoco. Dijo "El Golas"
—¡Hay que quitarla!
—¿Tú?
—¡No! yo no
—¡Yo tampoco! Uno a uno fueron evadiendo la responsabilidad de quitar aquello, de pronto dijo uno, yo la quito ¡espérenme! Como alma que lleva el diablo se fue corriendo, giró en la esquina, regresó enseguida con algo en la mano, era una palomita de cinco pesos y una caja de cerillos, con sumo cuidado ensartó la palomita en la base de esa cosa, mientras los otros observaban incrédulos lo que estaba intentando su compañero, previo aviso a los demás, se dispuso a prenderla, todos corrieron, en cuanto encendió la mecha salió como balazo, para esconderse con los demás a la vuelta de la esquina, el descomunal artilugio explotó con gran estruendo, después de un tiempo prudente, regresaron al lugar. Por increíble que parezca, había desaparecido esa cosa, el piso y la pared apenas si tenían indicios, el muro de enfrente alcanzó minúsculos fragmentos, los chicos se preguntaban unos a otros a dónde fue a parar esa inmundicia, hasta hoy sigue siendo un enigma...
lunes, 17 de junio de 2019
La estación y la rata
Muy de mañana, partieron amigos y vecinos rumbo a la estación del ferrocarril; como siempre, con gran algarabía, corran ya viene el camión, gritaron unos, otros pidieron la parada, el autobús se detuvo y uno a uno subieron, pagaron sus pasajes, los que alcanzaron fueron a sentarse, los demás, se acomodaron diseminados por el pasillo, rápidamente comenzó el barullo acompañado de risas; por las ocurrencias de los paseantes, ¡Qué días aquellos! así transcurrió el viaje, entre brincos y bromas, mientras el camión dibujaba meandros al pasar por los barrios, hasta llegar al populoso barrio de San Miguel, llegando a la plaza gritaron, ¡bajan! al tiempo que jalaban el cordón para que sonara el timbre, poco a poco fueron bajando parientes y vecinos, sin cortar el bochinche se enfilaron hacia la estación, por el camino, fueron preparando las resorteras y siguieron hasta llegar a la vieja terminal, ubicada al lado derecho de la calle independencia por dónde iban , justo al dar vuelta, se veía el enorme tanque de agua con su vertedero, para las máquinas de vapor; mudo testigo de otros tiempos; frente a él, se encontraban los edificios de la estación de pasajeros y la de carga. Que decir de Armando, un loco que regalaba juguetes a los niños y soñaba con ser garrotero, recorría el andén e invariablemente, al partir el tren, se le escuchaba gritar "vámonooos" cual si fuera un garrotero de verdad.
http://www.heraldoleon.mx/la-antigua-estacion-del-ferrocarril-recuerdos-vias-vagones/
Al lado izquierdo, un camino de tierra paralelo a la vía del ferrocarril, conectaba en ese tiempo con parcelas de cultivo, donde era común acudir los domingos a comprar lechugas y otras hortalizas, mismas que después de enjuagar en las acequias, los paseantes comían con avidez, dado su espléndido sabor, ese día no fue la excepción, se dirigían a las parcelas cuando de pronto uno de los muchachos avisto un pequeño animal, de inmediato trataron de atraparlo, corrió y se metió en un agujero, el que lo vio aseguraba que se trataba de una tuza, especie de ardilla de tierra conocida como trece franjas, surgió un problema, como sacarla del agujero? no faltó quien sugiriera echar agua en el agujero para que saliera, con la gran cantidad de agua que corría en torno a las parcelas, no sería difícil, pero con que acarrearían el agua, se dieron a la tarea de buscar algún recipiente, para acarrear el agua, dispersándose por el terreno, de pronto grita uno ya encontré un bote, por otro lado, yo encontré otro, así se fueron juntando recipientes y comenzó el ir y venir, acarreando agua para echarla al hoyo, no tardo en asomarse, al verlos se metió de nuevo, el más osado dijo yo la agarro, pero necesito un trapo para que no me muerda, no obstante los únicos trapos que traían era la ropa, una de las primas traía un suéter nuevo de color blanco, ¡préstanos tu suéter! -no como creen esta nuevo, contestó; se arremolinaron alrededor de ella para convencerla, -¡ándale te lo lavamos! no ves que es una ardilla, con los ruegos finalmente accedió se quitó el suéter y se lo dio al encargado de atraparla, continuaron echando agua en el hoyo, al sentir que se ahogaba finalmente salió, agarrándola enseguida, a ver, a ver, déjanos verla decían a coro, con ayuda de alguno, poco a poco fueron desenredando el suéter para ver el animal ¡de pronto! de uno de los pliegues sale una cola pelona, señal inequívoca del animal del que se trataba ¡es una rata! corearon, al tiempo que la soltaron, entre risas la siguieron por en medio del camino, al fondo había árboles dispuestos perpendicularmente al sendero, sobre el pasto y a la sombra de un mezquite, recostados descansaban un par de señores, con las piernas en dirección al camino, corrió azorada la rata y se fue a meter en el pantalón de uno de ellos, al sentir el animal en la pierna, comenzó a respingar, vociferando improperios, por allá fue a dar la cerveza, cayó la rata y huyó de nuevo perdiéndose entre las acequias, la muchachada no paraba de reír por lo acontecido, se fueron alejando entre bromas y comentarios, la prima seguía con sus reclamos por su suéter; de paso compraron lechugas y zanahorias para comer, ya pardeando la tarde iniciaron el retorno, cerrando así, una página más de sus vidas.
http://www.heraldoleon.mx/la-antigua-estacion-del-ferrocarril-recuerdos-vias-vagones/
Al lado izquierdo, un camino de tierra paralelo a la vía del ferrocarril, conectaba en ese tiempo con parcelas de cultivo, donde era común acudir los domingos a comprar lechugas y otras hortalizas, mismas que después de enjuagar en las acequias, los paseantes comían con avidez, dado su espléndido sabor, ese día no fue la excepción, se dirigían a las parcelas cuando de pronto uno de los muchachos avisto un pequeño animal, de inmediato trataron de atraparlo, corrió y se metió en un agujero, el que lo vio aseguraba que se trataba de una tuza, especie de ardilla de tierra conocida como trece franjas, surgió un problema, como sacarla del agujero? no faltó quien sugiriera echar agua en el agujero para que saliera, con la gran cantidad de agua que corría en torno a las parcelas, no sería difícil, pero con que acarrearían el agua, se dieron a la tarea de buscar algún recipiente, para acarrear el agua, dispersándose por el terreno, de pronto grita uno ya encontré un bote, por otro lado, yo encontré otro, así se fueron juntando recipientes y comenzó el ir y venir, acarreando agua para echarla al hoyo, no tardo en asomarse, al verlos se metió de nuevo, el más osado dijo yo la agarro, pero necesito un trapo para que no me muerda, no obstante los únicos trapos que traían era la ropa, una de las primas traía un suéter nuevo de color blanco, ¡préstanos tu suéter! -no como creen esta nuevo, contestó; se arremolinaron alrededor de ella para convencerla, -¡ándale te lo lavamos! no ves que es una ardilla, con los ruegos finalmente accedió se quitó el suéter y se lo dio al encargado de atraparla, continuaron echando agua en el hoyo, al sentir que se ahogaba finalmente salió, agarrándola enseguida, a ver, a ver, déjanos verla decían a coro, con ayuda de alguno, poco a poco fueron desenredando el suéter para ver el animal ¡de pronto! de uno de los pliegues sale una cola pelona, señal inequívoca del animal del que se trataba ¡es una rata! corearon, al tiempo que la soltaron, entre risas la siguieron por en medio del camino, al fondo había árboles dispuestos perpendicularmente al sendero, sobre el pasto y a la sombra de un mezquite, recostados descansaban un par de señores, con las piernas en dirección al camino, corrió azorada la rata y se fue a meter en el pantalón de uno de ellos, al sentir el animal en la pierna, comenzó a respingar, vociferando improperios, por allá fue a dar la cerveza, cayó la rata y huyó de nuevo perdiéndose entre las acequias, la muchachada no paraba de reír por lo acontecido, se fueron alejando entre bromas y comentarios, la prima seguía con sus reclamos por su suéter; de paso compraron lechugas y zanahorias para comer, ya pardeando la tarde iniciaron el retorno, cerrando así, una página más de sus vidas.
sábado, 1 de diciembre de 2018
Las tunas
Las tunas
Ya es hora, ¡levántate! -ya voy, déjame vestirme y ponerme los zapatos, -yo ya estoy listo, -que chiste tu solo metes los pies a los huaraches, -¿crees que ya llegaron los muchachos? -seguramente ya están allá,-¡vamos pues! Con este diálogo iniciamos el día, muy de mañana antes de que saliera el sol para reunirnos con los amigos en la nopalera, para luego subir a uno y comer tunas, recuerdo el primer día, al subir al nopal me di cuenta que ninguno traía cuchillo para pelar las tunas y que lo hacían tranquilamente con las manos, mientras me animaban a cogerlas tal como lo hacían ellos, -¡ándale! a esta hora no espinan, acto seguido corte la primera y comencé a pelarla, al poco rato solo se oía el sonido de las cascaras al estrellarse contra el piso y la tertulia de los muchachos, dándonos gusto trepados en los nopales, las más abundantes eran las redondillas, unas tunas que como su nombre lo indica son de forma redonda, rojas y de buen sabor, tal vez sea por eso que nos gustaban tanto. Las hartonas eran las primeras del año y se daban por el rumbo de la mesa, las jaraleñas, algunos nopales de tuna chaveña; grandes y de sabor agridulce, se daban en la ceja del cerro de "la santa cruz" diseminados por el lomerío se podian encontrar nopales de xoconochtles de color rosado, eventualmente anaranjados y de sabor ácido, solíamos comerlos con sal, también había tunas chilillas, estas ultimas, eran las menos codiciadas dada su pequeña talla y gran cantidad de espinas, generalmente las pasábamos de largo.
Terminando de comer tunas, bajábamos de los nopales, buscando una vara ceniza, para restregarnos las manos y quitarnos las espinas, luego nos íbamos a almorzar.
Mención aparte merecen las tunas que llegan a los mercados de las ciudades cercanas, tuna mansa, roja, amarilla y cardona, de Zacatecas o San Luis Potosí, sumamente apreciadas por su exquisito sabor.
miércoles, 26 de octubre de 2016
Educación alternativa
Recursos educativos de las llamadas pedagogias alternativas.
Ludus. Directorio de pedagogías alternativas.
Autor: Proyecto personal de Almudena García (murtra.net)
Idioma: Español
Accesibilidad: RSS google, twiteer, facebook.
Nivel educativo: Infantil, juvenil.
Area: Educación alternativa Enlace: http://ludus.org.es/es
Lo interesante de este sitio es que te enlaza directamente con las paginas oficiales de los distintos proyectos educativos alternativos de tal manera que puedes tener la información de primera mano.
Supraescolar. Blog
Autor: Priscila salazar Ángeles
Idioma: Español
Accesibilidad: google,Facebook
Nivel educativo: Infantil, juvenil
Area: Educación en el hogar
Enlace: http://www.supraescolar.com/
Supraescolar es un blog de información y formación para padres que quieran educar a sus hijos en casa
reevo. Blog, herramienta de red social, mapa y centro de producción colaborativa de conocimientos
Autor: Asociación civil redes de pares
Fecha: registro 2013-2014
Idioma: Español, portugués
Accesibilidad: RSS, google, twiteer, facebook, diaspora
Nivel educativo: Basico, medio superior, superior
Área: Educación alternativa
Enlace: http://blog.reevo.org/
reevo es una organización en red con la finalidad de crear compartir y discutir las nuevas alternativas educativas y temas relacionados
Pedagogos
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Pagina
official de summerhillschool creada por el pedagogo A. S. Neill
Sir Ken Robinson_Las
escuelas matan la creatividad TED 2006
¿Por qué los niños se
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dedicada a la promoción de alternativas educativas
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domingo, 20 de diciembre de 2015
El pulque
Hablar del pulque es
adentrarse en la historia y los recuerdos de una bebida por demás controvertida,
que si se hace con "monita" termino popular para referirse a un
atado de tela con excremento; para iniciar la fermentación del pulque, mentira vil, que a decir de algunos historiadores fue un invento de las
cerveceras para introducir su producto al mercado. Por aquellos ayeres, el
pulque tenía su arraigo en el gusto popular, desde las pulquerías de rancho a
donde se acudía por las tardes, después del arduo trabajo en el campo, hasta
las emblemáticas pulquerías del Distrito Federal; poseedoras de toda una parafernalia; propia de esos recintos de convivencia, sumado al lenguaje coloquial de los asistentes.
No podía faltar “el albur” a la menor
provocación se manifestaba entre los bebedores, quienes hacían gala de habilidad para construir verdaderos
malabares semánticos con el lenguaje. Para unos, una especie de confrontación lúdica,
para los otros, motivo de jolgorio entre comentarios y risotadas.
Otro aspecto importante en torno a las pulquerías son sin duda, los rasgos culturales de sus asistentes como ejemplo: haré mención de una pulquería del barrio de chapalita con Mateo, mejor conocida como "La Pulcata" a ella acudían borrachines que algún día fueron obreros o campesinos, (venidos a menos por la bebida) para tomarse un pulque o dada su precaria situación económica, prepararse un "petroleo" bebida, basada en pulque, alcohol, otros licores y refrescos, estos últimos le daban la coloración morada, como el petroleo de aquellos tiempos, lo que motivó el nombre. Era pegador el tal "petroleo" recuerdo que solían sentarse en redondel y entre bromas, iban tomando tragos, que al poco rato hacían su efecto, dejándolos tirados entre las piedras que poco antes les servían de silla.
Con todo esto se antoja preguntar, ¿que es el pulque y como se hace?
El pulque es una bebida alcohólica producto de la fermentación del jugo del maguey pulquero, (Agabe salmiana) para obtenerlo hay que cortar el corazón de la planta y rasparla para que fluya el aguamiel que es un liquido, de sabor dulce y ligeramente astringente, existen varias formas de hacerlo la mas común es utilizar residuos de pulque para iniciar la fermentación, cuidando siempre el proceso para que no se eche a perder, si se deja el aguamiel en reposo mucho tiempo, se hace agria y si se agrega al pulque lo aceda, por tal motivo no es recomendable beberlo puede provocar diarrea. otra forma de iniciar el pulque es dejar agriar un poco de aguamiel, de una semana a un mes y posteriormente se le va agregando poco a poco aguamiel fresca hasta que se hace el pulque, existen referencias que mencionan el uso de baba de nopal para iniciar la fermentación, otras versiones señalan que se utiliza -cerveza Carta Blanca, brandy Parras Madero y nuez moscada; otra mas con piloncillo, un clavo de olor, brandy Don Pedro, bicarbonato y planta del indio, por ultimo quiero mencionar que en mi región, si no se disponía de pie de pulque, se iniciaba la fermentación del aguamiel con un chorro de alcohol. era un gusto ver los cantaros rebosantes de espuma blanca, junto al rosa mexicano de la espuma del "colonche" bebida a base de miel de tuna y fermentada de la misma manera que el pulque. Ademas de sus múltiples aplicaciones en gastronomía: pan de pulque, salsa borracha, olla podrida, el maguey para la barbacoa, atole de aguamiel con maíz, tacos de gusanos de maguey, solo por citar algunas y dada la versatilidad del pulque que va de lo dulce a lo fuerte le van bien combinaciones tanto dulces como saladas, tal vez sea por eso que los antiguos mexicanos lo llamaban "la bebida de los dioses"
domingo, 13 de septiembre de 2015
El bote
Poco a poco fueron llegando los muchachos; una típica tarde de verano, la tierra de la calle, aún estaba húmeda por la lluvia del día anterior, era el ambiente ideal para jugar..."a las canicas" con un palo de paleta trazaron una circunferencia en el piso, para jugar a la "ruedita" consistía en sacar canicas que se ponían al centro del círculo formado por ella, cada jugador colocaba la cantidad que le correspondía por acuerdo de todos, antes de iniciar el juego; las reglas eran como sigue: cada quien tenía su turno y uno a uno iban tirando, con la intención de sacar el mayor número de canicas del círculo, tratando a la vez, que la canica con la que se tiraba, perfectamente identificada como "tiro" quedara dentro del círculo, después de sacar por lo menos una canica, así se podía seguir tirando y sacando en tanto "el tiro" no se saliera del círculo, de lo contrario, si no sacaba canica y se quedaba adentro, no podría jugar hasta que por azar o de "cuates" otro compañero lo sacara, solo así podía reintegrarse al juego, dado el caso de no sacar canica y salir de la ruedita simplemente cedería el turno al siguiente jugador.
Así transcurrió el tiempo hasta que se ocultó el sol, después de jugar largo rato a las canicas, alguien pregunto; ¿ahora a que jugamos? otro más sugirió juguemos al "bote" sí, sí, coreamos los demás a ver un bote y todos a la tarea de encontrar un bote, de pronto "el cuate" gritó, ya encontré uno, una lata de jugo fue "el bote" esa tarde, era un juego muy sencillo pero sumamente entretenido, la mecánica era la siguiente: generalmente por sorteo, se sacaba el que iba a buscar, uno de los jugadores lanzaban el bote lo más lejos que podía, en el lapso de tiempo, en el que el buscador traía el bote a la base, los demás jugadores corrían a esconderse, una vez en la base, el jugador en turno gritaba una consigna que podía ser, "bote" o en nuestro caso "1,2,3" fulano, que va corriendo... que está escondido en... una vez descubierto tenía que salir de su escondite, así continuaba el juego en tanto se encontraban los jugadores escondidos, el buscador tenía que salir a buscar a los jugadores, sin alejarse demasiado, siempre cuidando el bote, si por descuido salía uno, de su escondite y pateaba el bote, se gritaba chutado; en ese caso perdía el buscador y se repetía el juego, de lo contrario el buscador gritaba 1,2,3, "el nombre del jugador" que viene corriendo... a la vez que sonaba el bote, golpeando con el, contra el piso, perdía el jugador descubierto, así pasaban las horas, desde el ocaso, hasta que las sombras de la noche nos impedían seguir con el juego, en una de tantas tardes de verano.
Así transcurrió el tiempo hasta que se ocultó el sol, después de jugar largo rato a las canicas, alguien pregunto; ¿ahora a que jugamos? otro más sugirió juguemos al "bote" sí, sí, coreamos los demás a ver un bote y todos a la tarea de encontrar un bote, de pronto "el cuate" gritó, ya encontré uno, una lata de jugo fue "el bote" esa tarde, era un juego muy sencillo pero sumamente entretenido, la mecánica era la siguiente: generalmente por sorteo, se sacaba el que iba a buscar, uno de los jugadores lanzaban el bote lo más lejos que podía, en el lapso de tiempo, en el que el buscador traía el bote a la base, los demás jugadores corrían a esconderse, una vez en la base, el jugador en turno gritaba una consigna que podía ser, "bote" o en nuestro caso "1,2,3" fulano, que va corriendo... que está escondido en... una vez descubierto tenía que salir de su escondite, así continuaba el juego en tanto se encontraban los jugadores escondidos, el buscador tenía que salir a buscar a los jugadores, sin alejarse demasiado, siempre cuidando el bote, si por descuido salía uno, de su escondite y pateaba el bote, se gritaba chutado; en ese caso perdía el buscador y se repetía el juego, de lo contrario el buscador gritaba 1,2,3, "el nombre del jugador" que viene corriendo... a la vez que sonaba el bote, golpeando con el, contra el piso, perdía el jugador descubierto, así pasaban las horas, desde el ocaso, hasta que las sombras de la noche nos impedían seguir con el juego, en una de tantas tardes de verano.
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